Para los que me conocéis, ya sabéis que una de mis debilidades son los Vinos del Marco de Jerez !!! que cosa más bárbara, Santo cielo !!. Durante esta pandemia, se han generado un sinfín de contenidos por parte de productores, viticultores, sommelieres, y demás personas vinculadas al vino, en directos de instagram, en facebook, en twitch.. Y sin duda con los que más he disfrutado ha sido con los de Jerez. Cuanto sabio hay por el mundo !
En breve añadiremos una sección dedicada a zonas de vinos, mucho más técnica y viticultura, así que no me extenderé mucho con los comentarios sobre el área de Jerez que son muy conocidas, como la forma de su crianza y sus terrenos especiales para retener la humedad.
Esta manzanilla es de la bodega La Callejuela, situada en plena desembocadura del río Guadalquivir en Sanlúcar de Barrameda. Esta bodega tiene una fundación relativamente cercana, en 1980, cuando Francisco Blanco Martínez la fundó. Pero que ha evolucionado muy rápidamente. En la etiqueta se observa el nombre de «almacenista» haciendo alusión a sus comienzos. y ahora, son dos hermanos, Pepe y Paco quienes están al mando de este proyecto curioso y de gran calidad.
La base está en las viñas, en un trabajo cuidado y de mucho mimo. Cepa y tierra, un binomio inseparable a la hora de realizar un buen vino. Tierra 100% jerez, albariza, ya bien sea de los pagos de Macharnudo, Añina, el Hornillo o Callejuela.
Y luego esa innovación cuando en 2014 decidieron vinificar una parte por separado, creando las manzanillas de añada y pago. Esta manzanilla es de 2015, del pago la Añina, con una crianza estática que renuncia al sistema clásico de soleras y criaderas. Esta manzanilla tiene todo el proceso de su crianza biologica sin mezclarse con otros vinos de otras añadas.
Esto le da un carácter diferente. En nariz tiene notas de flores secas y manzanilla (la flor, no vayamos a entrar en bucle). también tiene notas de almendras. En boca tiene una entrada suave, elegante. Desde mi punto de vista en nariz es una manzanilla, pero en boca es más amontillado. Con notas de almendras dulces, cítrico y toffee. (Os acordáis de aquellos caramelos de toffee de hace años???).
Es una manzanilla ideal para aperitivo, para después de comer, para compartirla con jamón y un buen queso manchego. Es una pequeña obra maestra efímera que cuando te la acabes, estarás deseando abrir otra botella. El precio si que es algo elevado para los precios que suelo comentar habitualmente, 30 € aprox, pero es una excepción que merece la pena.
Disfrutarla con pasión !!!
SaLud